El Campo Tempé fue el escenario este viernes 25 de julio, de una emotiva y significativa ceremonia de graduación, donde la Universidad Valle del Momboy (UVM) confirió títulos a la Octogésima (LXXX) promoción de profesionales. En un ambiente cargado de entusiasmo y esperanza, un gran número de jóvenes recibieron sus títulos en diversas áreas del conocimiento.
El acto inició con la tradicional petición de títulos, un momento de gran solemnidad a cargo del graduando Raúl Alfonso González González, acompañado por Yilmary Alexa Paredes y Jesús David Mejía Manzanilla. Posteriormente, la profesora Karelis Paredes, Rectora de la UVM, procedió a la juramentación de los nuevos profesionales. Este instante, que selló el compromiso de los egresados con su ética y vocación, fue recibido con una efusiva ovación por parte de los padres, familiares y amigos presentes, quienes hicieron vibrar las instalaciones del Campo Tempé con su alegría y orgullo.
Uno de los momentos más inspiradores de la jornada fue el discurso de agradecimiento a cargo de la graduanda Anabel Paola Cañizales, ahora Ingeniera. Anabel en compañía de los también ingenieros Santiago Simón Andrés Montilla Casanova y Gianfranco David Carangelo Ruíz; conmovió a la audiencia al recordar que hace cinco años tuvo la bendición de ser una de las ganadoras de la beca José Gregorio Hernández, un premio a la excelencia académica otorgado por la universidad. Este reconocimiento, afirmó, no solo representó una ayuda invaluable, sino que se convirtió en una forma tangible de demostrarse a sí misma que era capaz de alcanzar sus metas.
En su intervención, Anabel enfatizó la importancia de aprender de los errores, asegurando que es allí donde reside la mayor oportunidad de crecimiento. «Nunca he aprendido más que cuando me equivoco», sentenció, haciendo eco de la sabiduría que solo la experiencia puede brindar. Citando la célebre frase de Winston Churchill, «el éxito consiste en poder ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo», Anabel inspiró a sus compañeros a mantener la resiliencia ante los desafíos.
La nueva ingeniera destacó que la Universidad Valle del Momboy no fue solo un lugar de aulas y libros, sino un espacio donde forjaron amistades duraderas, descubrieron pasiones y debatieron ideas que enriquecieron su formación integral y de cada egresado. Finalmente, extendió su profundo agradecimiento a los padres por su apoyo incondicional y a los docentes por su dedicación y guía.
Cerrando la ceremonia, la Rectora Paredes ofreció unas palabras inspiradoras. «Hoy no solo celebramos la culminación de una etapa, sino el inicio de un camino prometedor para un grupo de expertos que, estoy segura, se distinguirán por ser profesionales de calidad y excelentes ciudadanos», afirmó. Destacó que los graduandos han demostrado una admirable dedicación y un compromiso inquebrantable con el saber, forjando no solo conocimientos, sino también principios y valores que serán su brújula en el complejo mundo que les espera.
La Rectora Paredes recalcó la importancia de las universidades como pilar fundamental para el progreso de cualquier país. Aseguró que la educación superior se convierte en una herramienta poderosa para construir un futuro sostenible, innovador y justo. Asimismo, instó a los jóvenes profesionales a seguir formándose, a ser agentes de cambio positivo para Venezuela y a mantener siempre el vínculo con la Universidad Valle del Momboy, a la que metafóricamente describió como un «arbolito» que representa el conocimiento, el crecimiento y el apoyo constante.
El evento contó con la distinguida presencia del Consejo Universitario y un nutrido grupo de docentes que dan vida en las diversas facultades uvemistas, quienes acompañaron a los graduandos en este día tan especial.
La LXXX promoción de la UVM parte hoy con la promesa de un futuro brillante, llevando consigo no solo un título, sino también los valores de perseverancia, excelencia y compromiso social.












