La Universidad Valle del Momboy (UVM) albergó con gran éxito el XVIII Congreso de la Trujillanidad, un espacio académico de alto nivel donde la investigación y el debate se conjugaron para explorar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la agenda 2030, y el Capital Social como componente del Desarrollo Humano Sustentable.
El evento, organizado por el Centro de Desarrollo Humano Sustentable y la Dirección de Formación General, contó con la participación activa de estudiantes de la carrera de Derecho; docentes y profesionales de diversos sectores, quienes se reunieron para analizar y reflexionar sobre los desafíos y oportunidades que presenta la construcción de un futuro sostenible en el contexto trujillano.
Las palabras de bienvenida al congreso estuvieron a cargo de la profesora Zaida Kassar, Vicerrectora Académica; y la profesora Cristina Vieras, Directora de Formación General. Ambas autoridades destacaron la importancia del evento como una plataforma para fomentar el conocimiento, la reflexión crítica y la generación de propuestas innovadoras que impulsen el desarrollo sostenible en la región.
En el marco del congreso, se presentaron investigaciones originales que abordaron temas como la pobreza, el hambre, la educación, la salud, la igualdad de género, el cambio climático, la paz, la justicia y la gobernanza, permitiendo generar un diagnóstico preciso de la situación actual de la región en relación con los ODS y establecer propuestas para avanzar hacia un desarrollo más sostenible.
Los estudiantes de Derecho demostraron una excelente preparación y dominio del tema durante sus presentaciones en el Congreso de la Trujillanidad. Sus investigaciones, producto de un arduo trabajo académico, fueron recibidas con gran interés por el público, que quedó fascinado por la profundidad y originalidad de sus análisis.
Un dato curioso que surgió de las investigaciones presentadas fue el desconocimiento generalizado de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por parte de la población. Además un hallazgo significativo que surgió fue la existencia de un déficit de confianza extendido en las instituciones, especialmente en los cuerpos de seguridad pública, el poder judicial y el poder público en general. Sin embargo, la confianza en otros sectores como los maestros, universidades y médicos se mantiene relativamente alta.
Entre los equipos que destacaron por su originalidad y profundidad de análisis resaltaron los estudiantes de las secciones A, D y F de segundo año de derecho organizados en 20 equipos. Sus presentaciones fueron particularmente aplaudidas por el público y los expertos presentes en el Congreso.
La participación activa de los estudiantes, quienes se sintieron entusiasmados con los resultados presentados, llenó de energía y dinamismo el Congreso que culminó con un debate intenso.
El profesor Francisco González Cruz, con su sabiduría y experiencia, cerró el congreso con una enriquecedora ponencia sobre la importancia de este tipo de evento para el desarrollo de la sociedad.
El también Director del Centro de Desarrollo Humano Sustentable, no solo ofreció una ponencia magistral, narró la apasionante historia del congreso, desde sus inicios. Esta emotiva narrativa cautivó a los presentes, quienes se sintieron parte de un viaje por el conocimiento y la reflexión.
El profesor González destacó el papel fundamental de los estudiantes de la Universidad Valle del Momboy en el ámbito del desarrollo humano sostenible y el capital social. “A través de sus investigaciones, los estudiantes demostraron un dominio profundo de estos temas, evidenciando su capacidad para abordar investigaciones documentadas y de campo con seriedad, procesar datos, analizarlos y presentarlos de manera adecuada si se les orienta, acompaña y exige».
Durante su discurso, reveló un dato relevante tal es el caso que la familia se posiciona como la única institución que se salva de la desconfianza generalizada, emergiendo como el refugio más seguro y confiable, junto a los amigos más cercanos.
Las investigaciones presentadas en el congreso también expusieron un desafío importante –agregó- la baja participación ciudadana. “Los resultados revelaron que la mayoría de los encuestados no pertenecían a organizaciones civiles de trabajo voluntario y no habían participado en acciones cívicas de su comunidad durante el último año. Su interacción social se limitaba principalmente a grupos de internet”.
González Cruz finalizó su ponencia con un llamado a la acción, instando a los estudiantes, docentes y público en general a redoblar esfuerzos para fomentar la participación ciudadana y fortalecer el tejido social.