El pasado 15 de febrero, la Escuela Antonio José de Sucre, ubicada en el corazón del Alto de la Cruz, municipio San Rafael de Carvajal, se convirtió en un escenario de alegría y sueños gracias a la visita del equipo de Atención al Cliente de la Universidad Valle del Momboy y un grupo de estudiantes del Colegio Monseñor Mejía.
La iniciativa, enmarcada en la campaña «La Amabilidad Abre Puertas», nació del deseo de llevar un poco de esperanza y felicidad a los 34 niños que conforman la comunidad educativa de esta escuela rural. La jornada, inicialmente prevista para diciembre, se vio retrasada por las elecciones (referendo consultivo) y algunos contratiempos logísticos. Sin embargo, la ilusión y el compromiso del equipo no se apagó, y finalmente, la magia llegó a la Escuela Antonio José de Sucre.
Un viaje lleno de emociones
El camino hacia la escuela fue una aventura en sí misma. Atravesando paisajes montañosos y caminos sinuosos, el equipo y los estudiantes se embarcaron en una travesía que los llenó de emociones. La recompensa al llegar a la escuela fue indescriptible: la alegría contagiosa de los niños, sus ojos llenos de brillo y la calidez de su recibimiento hicieron que todo el esfuerzo valiera la pena.
La jornada estuvo cargada de momentos especiales. Los niños recibieron con emoción los juguetes personalizados que el equipo había recolectado con tanto cariño. Cada regalo, cuidadosamente seleccionado, se convirtió en un símbolo de esperanza y alegría.
Como parte de su compromiso de Acción Social, los jóvenes Sofía Kassar, Luis Andrés Hernández y Sofía García, estudiantes del Colegio Monseñor Mejía, compartieron con los niños sus conocimientos sobre la importancia de la amabilidad. A través de juegos y actividades, sembraron en los alumnos de 4to, 5to y 6to grado la semilla de la bondad y la empatía.
Un mensaje que va más allá
La visita a la Escuela “Antonio José de Sucre” no solo fue un día de juegos y risas. Fue un encuentro que dejó una huella profunda en todos los participantes. El equipo representado en esta oportunidad por: Gabriela Fuenmayor, Rosaura Valderrama, María Teresa Muñoz, Johanna Cano y Pedro Muñoz; y los estudiantes del Colegio Monseñor Mejía regresaron a casa con el corazón rebosante de satisfacción, con la certeza de haber hecho una diferencia en la vida de estos niños.
“Esta iniciativa busca promover el valor de la bondad como herramienta para construir una sociedad más justa y solidaria. A través de diferentes actividades, nuestra casa de estudio busca sensibilizar a la población sobre la importancia de ser amables y serviciales” destacó Gabriela Fuenmayor.
La experiencia vivida es un llamado a la acción. Nos invita a reflexionar sobre la importancia de la bondad y la solidaridad, y nos recuerda que, con pequeños gestos, podemos cambiar la vida de alguien. La amabilidad abre puertas, abre corazones y abre un mundo de posibilidades.
El equipo uvemista aprovechó la oportunidad para agradecer al cuerpo docente de la escuela destacando entre ellos a los maestros: Yohana Castillo, Mariela Segovia, Coromoto Segovia y Elsi Paredes; así como también a la madre cocinera Adriana Prada y los ambientalistas Yajaira Godoy y Adex Hoyo.