En la Universidad Valle del Momboy celebramos el mes del Idioma y la Novela con una entrevista al geógrafo, profesor y escritor Francisco González Cruz.
La vena literaria del geógrafo Francisco González Cruz empezó a desarrollarse desde edad temprana. A lo largo de décadas de trayectoria en el mundo de la literatura este versátil profesor se ha convertido en referencia obligada para cualquier estudiante y escritor trujillano, a muestra, los cientos de artículos publicados en prestigiosos medios de comunicación venezolanos tanto del ámbito nacional como regional; y los muchos libros que han acaparado la mirada de Amazon, empresa que actualmente tiene a la venta la última creación de nuestro autor y que se suma a la lista de anteriores publicaciones tales como: “El camino de la Santidad de José Gregorio Hernández”, “Desarrollo local y sustentabilidad” y “Desarrollo Sostenible y Lugarización”. Otros libros importantes del este autor son “Trujillo, el Equilibrio Fatalista”, “La Valera Posible”, “Geografía del Estado Trujillo” para Geo Venezuela de la Fundación Polar y “El Trujillo Posible” este último es una geografía prospectiva del Estado Trujillo.
El nuevo libro lleva el título de “Lugarización y Desarrollo Sostenible” fuen publicado por la Editorial Jurídica Venezolana Internacional Inc. Tal como lo reseña Fortunato González Cruz en el prólogo, la obra “contiene un conjunto de trabajos escritos, en distintos tiempos y circunstancias y constituye una síntesis del pensamiento filosófico, sociólogo y político” del autor trujillano capaz de conquistar cada meta que su mente maquinante concibe. Lo que comenzó con una emocionante carrera en estudios de la geografía se convirtió en un libro que bajo el título “Lugarización y Desarrollo Sostenible” muestra el aporte que pueden hacer los lugares a un mundo más diverso.
¿De qué trata Lugarización y desarrollo sostenible?
-La lugarización es un proceso mediante el cual un lugar afirma su identidad, le agrega valor a las cosas de la querencia: su idioma, su lenguaje, cultura, costumbres, gastronomía; y además, paralelamente se inserta en lo global sin complejos, preferiblemente traduciendo lo global a lo propio del lugar y enviándole a lo global sus particularidades, de manera de, enriquecer la diversidad que existe en el mundo. La globalización tiene una tendencia muy grave, que es a la homogenización a la estandarización del mundo; en cambio, la lugarización tiene justo la tendencia contraria: enriquecer la enorme diversidad del mundo. La lugarización es el aporte que pueden hacer los lugares a un mundo más diverso.
La pandemia produjo el regreso a casa, y en este libro precisamente usted habla de un proceso global que se padeció de manera local ¿puede explicarnos su visión de ese proceso?
-Efectivamente, la pandemia fue una especie de despertar, el mundo estaba muy confiado en que el modelo que venían siguiendo, que precisamente el autor Jeremy Rifkin, lo define como el modelo de la eficiencia, pero en el fondo no representa la eficiencia, sino la codicia. Hoy lo que busca la empresa no es la eficiencia, lo que busca la empresa es la codicia, y lo dicen los grandes teóricos, el objetivo en la empresa es maximizar las utilidades de los accionistas, pero ese no es el origen de la economía. El origen de la empresa y la economía es la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades del ser humano.
EL modelo industrial evolucionó para privilegiar la codicia, y eso se puso muy en manifiesto en la pandemia. Se trancó el mundo y mucha gente descubrió que tenía casa, que se convirtió en un lugar de trabajo, de estudio, de recreación de salud. La pandemia puso en manifiesto la importancia del hogar y cuando hablo de pandemia, también puede ser la pandemia financiera.
La pandemia –afirma- rompió las cadenas productivas y las grandes empresas se dieron cuenta que tenían que depender de proveedores más cercanos y seguros, y la gente común y corriente, a depender más del bodeguero de la esquina, del panadero, es decir del comercio vecinal, del comercio a pie, entonces el lugar se puso de relieve. En el discurso de Rafael Cadenas recibiendo el pasado 24 de abril, el premio Miguel de Cervantes dijo acertadamente que el mundo está revalorizando la vida corriente, la cotidianidad, la vida ordinaria, que es el verdadero tesoro; de eso precisamente se trata el libro, puedo asegurar que el bienestar, no se logra en las redes, no se logra en el espacio digital, la felicidad se logra, en las cuatro paredes de la casa, en compañía de los hijos y en comunidad, y así lo están demostrando los países desarrollados, ellos privilegian caminar, encontrarse.
Entonces ¿El desarrollo sostenible parte del lugar?
-Usted quiere ayudar al cambio climático, debe sembrar por lo menos un árbol, puede dar mil discursos en las Naciones Unidas, pero si no siembra un árbol, no está haciendo nada, porque las acciones son las que demuestran la sinceridad, “obras son amores y no buenas razones”. La salvación del planeta comienza por el lugar, el papa Francisco en “Alabado seas” dice si tú quieres cambiar el mundo, comienza por tender la cama, de eso se trata el libro y eso nos hace más humanos.
Aprovechando el tema de la humanidad, en una parte del libro usted dice: “la sociedad del conocimiento y de la información parece alejarse de la sociedad de la sabiduría, por los síntomas que vivimos en estos tiempos, más parece ser la sociedad de la estupidez” ¿Por qué ese señalamiento?
–Conocimiento no es sabiduría, el conocimiento es saber datos, información, cosas, teorías, historia; la sabiduría es tener conciencia del espacio y tiempo que ocupa, y utilizar el conocimiento para en bien propio y el común; un analfabeta puede ser un gran sabio, y un científico premio nobel puede ser un gran estúpido. Albert Einstein (Premio Nobel de Física en 1921) dijo: “solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera”
Usted asevera que el desarrollo de las nuevas tecnologías está alterando rápidamente la forma como se relacionan los seres humanos entre sí y con el territorio
-Efectivamente, se están alterando las relaciones tanto para el bien, como para el mal, depende de la filosofía, o la concesión que tenga la persona del hombre y la naturaleza. La tecnología para bien, resuelve situaciones de manera positiva, por ejemplo, desarrollar alimentos más sanos; pero si esa tecnología está al servicio de la codicia, ¿Qué hace? Perjudicar a la humanidad y los ecosistemas, este punto lo voy aclarar en un ejemplo muy sencillo: las principales empresas productoras de alimentos son junto la que más contaminantes del mundo producen, e inhiben el consumo de productos nutritivos y sanos, entonces el problema es que cuando la sociedad o la economía está organizada alrededor de la codicia, lo que produce la ciencia y la tecnología en gran parte esos bienes y servicios que no van a la agregación de valor a la humanidad y a lo mejor de lo humano. Cuáles son las principales Algunas de las aplicaciones que se ya se le hicieron a la inteligencia artificial, la pornografía, la divulgación de los pederastas, la discriminación, porque el fin de la sociedad de hoy es el consumo promovida cada día más por las redes sociales.
Hablemos del lenguaje de las ciudades
-No solo las personas que habitan las ciudades tienen un lenguaje, la ciudad canta, grita, llora, ríe, y según el comportamiento de sus habitantes te da un mensaje visual. Alguien dijo que cada casa es una palabra, cada cuadra una frase, la manzana una oración, y así la ciudad construye sus textos, que como todos los textos cada quien lee o dice según su particular manera de ser. Nosotros hablamos en la ciudad y de la ciudad, y ella habla de nosotros. Por ejemplo, qué puede decir una ciudad cuyas calles están repletas de basura, y no precisamente porque las autoridades no la limpien, sino por el contrario, porque sus propios habitantes la depositan en sus aceras sin ningún tipo de pudor. En muchas ciudades que son limpias no vale sólo la conciencia de la gente, sino también leyes que se imponen con sanciones si algún lugareño irrumpe alguna norma.
Dentro de la lugarización ¿Qué es el capital social?
-En este caso se habla de capital social haciendo referencia a ciertas cualidades que tiene una sociedad y que tiene que ver con el lenguaje, con las conversaciones, con las relaciones humanas. Si una comunidad usa palabras cariñosas que estimulan y predominan las relaciones cordiales que reconocen valor, esa comunidad tiene más calidad de vida, mayor bienestar que en una comunidad donde predomina la descalificación, el descredito y la mala intención, yo le digo a mis alumnos si usted felicita al que saca por ejemplo 20 puntos allí tenemos un alto capital social, pero si predomina el chisme o mala intención, allí se siembra una sociedad pobre, una sociedad marginal, una mala sociedad, porque la primera conducta, la positiva, genera confianza; la segunda, la tóxica, destruye confianza. El poeta Rafael Cadenas lo dijo en su discurso de premiación: la palabra construye, transforma, pero también destruye; es más me atrevo a decir, que la palaba tiene más poder de destrucción que de construcción, puedes pasar años diciendo que una persona es buena, pero si un día dices que es ladrona o la descalifica, allí se acaba la cosa.
En el marco de la celebración del mes del idioma y la literatura, y la publicación de su nuevo libro, ¿Cómo calificaría la poca motivación existente en la humanidad de incluir el hábito de la lectura en sus vidas?
-Ese es uno de los problemas más serios de la humanidad, hay un cambio de época muy serio que puede ir hacia lo bueno o empeorar, este mundo más veloz está provocando que la gente lea y escriba menos, eso trae como consecuencia una carencia cerebral del ser humano, una reducción de las sinapsis en el cerebro. El cerebro se desarrolla básicamente por el lenguaje y si no hay lenguaje se inutiliza cada vez más. Si todo lo va a resolver una máquina, se corre el riego de que la humanidad sea menos humana. Ese es desde mi perspectiva el enorme riesgo, y estamos viendo que las personas encargadas de promover el conocimiento no están leyendo, y eso si es grave, ahora, para leer se debe leer lo que a uno le guste, nadie lee por obligación, para promover la lectura se debe buscar un género que te atrape.
¿Para quién escribe González Cruz?
Primero para mí, porque yo tengo necesidades, mis primeros artículos fueron redactados cuando el Diario El Tiempo era semanario por allí en la década de los 60. Pero adopté el método científico en mis estudios de geografía. Si me preguntas sobre el método, puedo decir que soy más inductivo y aplico las tres fases que adopte de la iglesia católica: ver, juzgar y actuar.
¿Cómo se define González Cruz?
-Cuando me fui de la casa, deje todo y me dije que trataría de tener conciencia de mí, por lo tanto me defino como una persona que trato de tener conciencia de mi razón de ser y actuar en consecuencia.
¿Cuál es su pasión?
-Mi pasión es Trujillo, cuando yo me gradué, la noche anterior, nos tomamos unos tragos con mi papá que era mi amigo, y mi gemelo, que es mi amigo desde antes de nacer; y en esa mesa, en ese lugar prometí dedicarme a Trujillo; pero Trujillo es como esos amores que son mal correspondidos, uno se enamora mucho, pero nunca le paran…. Risas… creo que Trujillo puede tejer un proyecto de desarrollo alrededor de temas como José Gregorio Hernández, la paz y el café. El cultivo del café genera capital social, es decir relaciones y buenas costumbre, confianza y espíritu emprendedor. Trujillo tiene varios tesoros, tenemos unos pilares donde sembrar las bases para un modelo de desarrollo integral, yo sueño con ese Trujillo.